Me llaman la sombra del viento,
Provoco pasión y dolor.
Mi reino es la noche, tu sangre mi sol
Mi alegría se esconde en tu corazón.
Perdido en las mil y una noches,
Vagando de aquí para allá.
Contando mentiras, consigo sonrisas
Mi vida es tu muerte al amanecer.
Me llaman ladrón de esperanzas,
Embaucador sin compasión.
Mi risa cautiva, mi voz te hipnotiza
Las luces se apagan, tu vida también.
Cuando brille el sol, no estaré aquí,
Las estrellas y la luna alimentan mi ser.
Otra noche más, en otro lugar,
Donde el silencio reinará al despertar.
Cuando brille el sol, no estarás aquí,
Tus lamentos y tu sangre ya saciaron mi sed.
Otra noche más, en otro lugar,
Donde los sueños mueren en la oscuridad.
Black Winter: Magician in the Darkness
Capítulo 1: Strarius
En una aldea española, con grandes árboles que se proyectan hacia el cielo a su alrededor, comenzó una historia de la cual jamás se hablo, de una leyenda que nunca más se quizo contar por temor a la muerte.
La aldea se llamaba Zugarún, era una aldea tranquila, como cualquier otra en aquella época, llena de felicidad y de armonía. Habían posadas, mercados, y las casas estaban hechas de ladrillo. Era una aldea no tan rústica como se creía que era.
En una de esas casas de ladrillo, había un niño que llamaba la atencion. No era como los demás que jugaban y se divertían como los demás, él era solitario, vagaba por el pueblo y los demás niños nunca lo quiisieron como era porque pensaba muy distinto y no lo dejaban jugar. Ese niño se llamaba Strarius, tenía 9 años y era muy inteligente a su corta edad, siempre le gustaba buscar y descubrir. Era muy curioso, pero nadie lo tomaba en cuenta ya que, según los demas, el era raro por su manera de pensar, y cuando lo molestaban se descontrolaba y les tiraba piedras dejandolos muy heridos. Su madre siempe lo regañaba, ella era dueña de casa y siempre le avisaban de que su hijo causaba muchos problemas. Ella se llamaba Spersia, era una mujer muy tranquila y maternal, pero muy dura y tajante al tomar desiciones.
Un día, Strarius decidió encerrarse en su casa para que no lo molestaran más y siempre le pedía a su padre que le llevaran libros. Su padre era un herrero de renombre, Trarinus. El rey de España siempre le pedía a el renovar y restaurar las armas de sus hombres y Trarinus ganaba mucho dinero.
Una noche, Trarinus se aburrió de darle libros a su hijo, porque según él tenia la nocion de mandarlo al esjército para que se volviera un hombre fuerte y decidido. Pero Strarius no quería, y su madre tambien se oponía. Asi que un día Trarinus y Spersia discutieron sobre el futuro de su hijo. Y Strarius al escuchar lo que decían sus padres, se marchó de su hogar hacia el bosque. En su trayecto vió un raro arbol, con una puerta y ventanas. El niño se acercó hacia a una ventana y vió quq había un anciano con una biblioteca llena de libros pero él tenia un baston con una esfera de vidrio muy extraña y al final, decidió conocerlo y él toco la puerta:
- Hola señor, me preguntaba si podría pasar la noche aquí
- ¿Qué haces aqui? ¡Tu deberías estar en la aldea!- respondió el anciano
- Lo siento por molestarlo, es que dicen que yo no soy como los demás, y mis padres sufren por mi culpa.
- No. Yo lo siento, no debi tratarte así. Se vé que tienes sinceridad, pasa.
- Gracias. Pero, ¿usted cómo se llama?
- Klaninus, soy un mago que exiliaron cuando quemé la aldea sin intención. ¿Ves el bastón raro de allá?
- Si. Es muy raro
- ¡Jamás lo toques! Nunca toques algo si no sabes para que sirve.
- ¿Pero porque no?
- ¡Mi historia no es divertida niño! Y ese bastón es parte de mi historia.
Strarius, vió cosas muy curiosas y todo era muy extraño. Klaninus le arregló una habitación y el niño se durmió. Estos dos no sabían de que una gran aventura iba a comenzar...
Continuará...
La aldea se llamaba Zugarún, era una aldea tranquila, como cualquier otra en aquella época, llena de felicidad y de armonía. Habían posadas, mercados, y las casas estaban hechas de ladrillo. Era una aldea no tan rústica como se creía que era.
En una de esas casas de ladrillo, había un niño que llamaba la atencion. No era como los demás que jugaban y se divertían como los demás, él era solitario, vagaba por el pueblo y los demás niños nunca lo quiisieron como era porque pensaba muy distinto y no lo dejaban jugar. Ese niño se llamaba Strarius, tenía 9 años y era muy inteligente a su corta edad, siempre le gustaba buscar y descubrir. Era muy curioso, pero nadie lo tomaba en cuenta ya que, según los demas, el era raro por su manera de pensar, y cuando lo molestaban se descontrolaba y les tiraba piedras dejandolos muy heridos. Su madre siempe lo regañaba, ella era dueña de casa y siempre le avisaban de que su hijo causaba muchos problemas. Ella se llamaba Spersia, era una mujer muy tranquila y maternal, pero muy dura y tajante al tomar desiciones.
Un día, Strarius decidió encerrarse en su casa para que no lo molestaran más y siempre le pedía a su padre que le llevaran libros. Su padre era un herrero de renombre, Trarinus. El rey de España siempre le pedía a el renovar y restaurar las armas de sus hombres y Trarinus ganaba mucho dinero.
Una noche, Trarinus se aburrió de darle libros a su hijo, porque según él tenia la nocion de mandarlo al esjército para que se volviera un hombre fuerte y decidido. Pero Strarius no quería, y su madre tambien se oponía. Asi que un día Trarinus y Spersia discutieron sobre el futuro de su hijo. Y Strarius al escuchar lo que decían sus padres, se marchó de su hogar hacia el bosque. En su trayecto vió un raro arbol, con una puerta y ventanas. El niño se acercó hacia a una ventana y vió quq había un anciano con una biblioteca llena de libros pero él tenia un baston con una esfera de vidrio muy extraña y al final, decidió conocerlo y él toco la puerta:
- Hola señor, me preguntaba si podría pasar la noche aquí
- ¿Qué haces aqui? ¡Tu deberías estar en la aldea!- respondió el anciano
- Lo siento por molestarlo, es que dicen que yo no soy como los demás, y mis padres sufren por mi culpa.
- No. Yo lo siento, no debi tratarte así. Se vé que tienes sinceridad, pasa.
- Gracias. Pero, ¿usted cómo se llama?
- Klaninus, soy un mago que exiliaron cuando quemé la aldea sin intención. ¿Ves el bastón raro de allá?
- Si. Es muy raro
- ¡Jamás lo toques! Nunca toques algo si no sabes para que sirve.
- ¿Pero porque no?
- ¡Mi historia no es divertida niño! Y ese bastón es parte de mi historia.
Strarius, vió cosas muy curiosas y todo era muy extraño. Klaninus le arregló una habitación y el niño se durmió. Estos dos no sabían de que una gran aventura iba a comenzar...
Continuará...
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